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HISTORIA

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La República Dominicana y la OEA:

La República Dominicana es uno de los 21 miembros fundadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) junto a Argentina, Bolivia, Basil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de América, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Durante la IX Conferencia Panamericana celebrada en Bogotá, en 1948, es cuando realmente empieza la historia de la OEA como institución. En dicho conclave se adopto la Carta de la Organización de los Estados Americanos, el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas (“Pacto de Bogotá”) y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

La delegación dominicana estuvo representada por los señores Arturo Despradel, Manuel A. Peña Batlle, R. Paino Pichardo, Temístocles Messina, Joaquín Balaguer, Joaquín e. Salazar, Carlos Sánchez y Sánchez, Emilio Rodríguez Demorizi, Héctor Incháustegui Cabral, Minerva Bernardino y Luis Julián Pérez, quienes firmaron Carta de la OEA en nombre del Estado dominicano.

La Carta de 1948 ha sido modificada mediante Protocolos de Reformas en cuatro oportunidades: Buenos Aires, en 1967; Cartagena de Indias, en 1985; Washington, en 1992, y Managua, en 1993.

La República Dominicana ha participado constantemente en la OEA y ha venido exhibiendo su alto compromiso con la multilateralidad y los esfuerzos de la Organización para fortalecer sus objetivos en los ámbitos administrativo, institucional y proyectos.

La relación entre la República Dominicana y la OEA es intensa, continua y reciproca. La OEA apoya a nuestro país en materia de observación y cooperación electoral, acceso a la información pública, lucha contra la corrupción, desarrollo integral y desarrollo sostenible.

La postura de la República Dominicana es que como región, debemos abocarnos a encontrar soluciones integrales para promover la convivencia pacífica, el desarrollo económico y la erradicación de la pobreza, tal y como establece la carta de la Organización.

En ese sentido, para la República Dominicana el fortalecimiento institucional constituye una parte fundamental para maximizar la eficiencia en la consecución de nuestros objetivos y también forma parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Las debilidades institucionales no deberían de servir como obstáculos para lograr importantes transformaciones sociales y económicas, ni para alcanzar un desarrollo inclusivo. Como parte imprescindible del fortalecimiento institucional deben estar presentes los diferentes actores de la sociedad, así como una cultura participativa y pluralista.

En materia de derechos humanos, la República Dominicana se ha destacado por una participación activa en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y por su compromiso con el respeto y promoción de los derechos humanos, caracterizando esta práctica como una llevada a cabo “sin distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo y con estricto apego a las normas vigentes en el derecho internacional”.

La República Dominicana ha ocupado diferentes posiciones de liderazgo a lo interno de la OEA tales como:

  • La presidencia del Consejo Permanente (2014).
  • La presidencia y vicepresidencia de la Comisión de Seguridad Hemisférica (2013-2014).
  • La presidencia y vicepresidencia de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos (2015-2016).

Un momento cumbre y de connotación hemisférica en la historia de la OEA y nuestro país lo marco la 46º Asamblea General de la Organización celebrada en Santo Domingo en junio de 2016 con la aprobación a unanimidad de la declaración de desagravio a la República Dominicana, por el rol desempeñado por la OEA al dar el aval que permitió una intervención militar en el país durante la Revolución de abril de 1965.

La Declaración de Desagravio sobre la República Dominicana básicamente reconoce que los acontecimientos de abril de 1965, que produjeron perturbación y luto, además de indignación, son todavía una fuente de desasosiego para el pueblo dominicano; y reafirma los principios de no intervención y del respeto a la soberanía consagrados en la Carta de la Organización de los Estados Americanos.

El citado documento contiene los siguientes tres puntos:

  1. Lamentar la pérdida de vidas humanas y expresar al pueblo dominicano las condolencias de la Organización.
  2. Desagraviar al pueblo dominicano por las acciones de abril de 1965 que interrumpieron el proceso de restablecimiento del orden constitucional en la República Dominicana.
  3. Reafirmar los principios del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de la Carta de la Organización de los Estados Americanos.